Vivimos en una cultura social marcada por la inmediatez y por lo efímero, en donde las redes sociales marcan los tiempos con un simple Tuit que puede llegar a desencadenar una polvareda de dimensiones inusitadas, que a las pocas horas es sustituido por otro con una temática totalmente distinta.

Los “vendedores de felicidad” son un buen ejemplo de todo esto. Proponen soluciones en no más de 20’ a problemas o situaciones harto complejas que requieren de una intervención a todas luces de mucho más alcance e intensidad, no obstante lo curioso es que sigan encandilando a la gente.

La necesidad de inmediatez en los resultados condiciona en muchos de los casos, el estilo de Liderazgo que en la empresa se practica.

El paradigma de la inmediatez; entre lo urgente y lo necesario

Y es que, en mucho de los casos, la URGENCIA está ganando la batalla a la IMPORTANCIA, y no es que la primera de ellas no tenga su razón de ser, el problema surge cuando toda la organización está anclada en la cultura de la urgencia y la vive con una adicción de la que no puede o no sabe desprenderse. Ahí es cuando se está tocado fondo.

¿Es urgente formarte? Evidentemente no, lo puedes dejar para otro día que no va a pasar nada, pero si lo dejas para otro día de forma habitual, llegará un día en el que notarás que estás fuera de onda.

¿Puedes obviar el delegar funciones? … Claro!! Nada va a cambiar si mañana no lo haces, pero si sigues en esa dinámica, llegará un día en el que te colapses y con ello, el departamento o área que dirijas. Habrás trabajado sobre lo urgente dejando de lado lo que de verdad tu organización requiere …… lo IMPORTANTE.

Hace años en un Foro Empresarial en donde se analizaban las características de las empresas de Occidente frente a las de Oriente (Japón), uno de los ponentes indicó la diferencia sustancial, y es que en Japón la necesidad de conseguir resultados no entraba en las premisas con las que se abordaban los trabajos, entendemos que el resultado es lo que se obtiene después de un trabajo bien hecho, dijo.

En occidente los políticos tienen que revalidar sus candidaturas cada 4 años y como consecuencia de esto, sus políticas son cortoplacistas ya que buscan un impacto instantáneo que les garantice el voto y con ello, su permanencia en el Poder. Los directivos igualmente tienen que estar demostrando su valía año tras año para obtener réditos como mejoras salariales o mejoras en sus cotas de responsabilidad y/o poder.

¿No condiciona esto su forma de dirigir? …………. Y tanto!!

El sueño de la inmediatez y la realidad de la Madre Naturaleza

La Madre Naturaleza está mucho antes que nosotros y a poco que la observemos, seremos capaces de aprender simples y grandes cosas. Una de ellas y quizás la más esencial, es que …………. cada cosa requiere su tiempo; una cosecha requiere su ciclo, una madre necesita un tiempo de gestación para traer su bebe al mundo y así infinidad de ejemplos. Si no respetas ese ciclo, corres el riesgo de no poder tener aquello que tanto anhelas.

El sueño de la inmediatez, (“Lo quieres, lo tienes”, rezaba un conocido eslogan en una campaña publicitaria de una conocida marca de automóviles), es una falacia construida en los últimos 10-15 años, la realidad es que la vida de cada uno es consecuencia de las decisiones que es capaz de tomar, y por ello tiene que aprender a asumir las responsabilidades  que de ellas se derivan.

Dirigir de una forma adecuada una empresa o un departamento es el arte de equilibrar de una forma armoniosa lo urgente y lo importante.

¿Qué es más importante, que la Empresa funcione bien o que el cliente reciba el producto?

Recuerdo una experiencia que viví hace unos cuantos años siendo Gerente de una empresa. En ella estábamos implantando unos cambios de profundo calado.

Un sábado acudí a solventar unos temas que había dejado pendientes y una vez solucionados, bajé a fabrica a dar una vuelta, cosa que habitualmente me gustaba hacer y más teniendo en cuenta que esa mañana cargaban los camiones que iban a salir el domingo por la noche para repartir los pedidos programados a los clientes.

En el paseo me encontré con una situación curiosa; uno de los mozos de Expediciones estaba saltando la valla que cerraba el Almacén, portando una pieza que faltaba para completar uno de los pedidos que se iban a cargar en uno de los camiones.

Hay que hacer notar que esa actuación estaba completamente prohibida ya que invalidaba la información del inventario real del Almacén en el ERP y descuadraban las existencias físicas del mismo.

La decisión que tomé en ese momento, y teniendo en cuenta que el siguiente miércoles se volvía a repetir ruta, y que el porcentaje de cumplimiento con el cliente en cuestión al que le iba a llegar el pedido era superior al 98%, fue la de descargar el pedido y restituir la pieza a su lugar de origen en el Almacén, dejando para el lunes a primera hora, una reunión en mi despacho con el mozo de Expediciones, así como su Encargado.

En la reunión del citado lunes, lo primero que hice fue agradecer la entrega y la disposición que el mozo tuvo al querer servir el pedido en cuestión por encima de todo, incluso saltándose todos los procedimientos establecidos.

  • ¿Qué es más importante, que la Empresa funcione bien o que el cliente reciba el producto? Pregunté……
  • Dirigiéndome tanto al encargado como al mozo comente: Mira si tú coges la pieza del Almacén es porque esa pieza no estaba en el pedido correspondiente, ¿verdad? ……. Es decir, ha habido un error que puede estar ocasionado por varios motivos, como por ejemplo que la Ficha Técnica (escandallo) del producto en cuestión, esté incompleta o defectuosa.
  • Si tú la coges, no solo descuadras las existencias del Almacén y su inventario, sino que además, de forma inconsciente, estás tapando o encubriendo el error, con lo cual, se evita el poder subsanarlo condenándonos a repetir el mismo de forma indefinida.
  • Los productos se envían al cliente como consecuencia de que existe una organización que funciona bien y no como consecuencia de decisiones y/o actuaciones personales que lo que arreglan por un lado y lo dañan por otro.

La charla contribuyó a dejar claros los principios sobre los que debían pivotar las acciones, pero lo que realmente impactó fue la decisión de descargar el pedido del camión, porque con ese ejemplo realmente se estaba trasmitiendo que lo que se valoraba no era servir el pedido, sino que la organización funcionara como un reloj, porque eso es lo que permitiría en lo sucesivo servir no solo ese pedido, sino todos de una manera correcta y en plazo, y es que como me decía mi padre:

“más vale un ratito colorado que toda la vida amarillo”.

Conclusiones

La cultura que prima la acción y la respuesta rápida que puede ser válida en determinadas ocasiones, rara vez es adecuada para problemas complejos o decisiones estratégicas, a veces el no “hacer nada” permite desbloquear la mente y encontrar soluciones alternativas.

Como dice el blog del Laboratorio de la Felicidad del periódico El País, no “hacer nada” nos permite visualizar soluciones al eliminar la presión de tener la respuesta inmediata, dando paso con ello a la creatividad para abordar de forma diferente los problemas o las situaciones que se nos repiten con relativa frecuencia.